sábado, 19 de septiembre de 2009

El cielo conspira contra mi sentido de no-pertenencia familiar

Querido diario -es decir, blog-:
Me he dado cuenta que soy un mueble más en casa.
Algo ha conspirado hoy, para que me de cuenta de ello:

Una 'comida familiar', donde nadie se pregunta gran cosa de dónde estoy o que he hecho, nadie a quien contarle -espontáneamente- que estuve tres horas haciendo el trámite en el IFE, porque no hay nadie que se interese. En realidad no los culpo, somos virtuales desconocidos.
Me puse a hacer tarea, la mucha que se ha acumulado por mi desorganización. Mi tía-madrina sube y en un intento de ayudar -quiero suponer- me dice que estoy toda chueca escribiendo en la cama y que me voy a torcer (mientras se agarra su propia espalda torcida y contractrada por el trabajo de oficina hecho en postura incorrecta)
Respondo diciendo que no tengo un lugar donde sentarme a hacer tarea. Me dice que junte y me compre un escritorio. Le respondo que ese no es el problema, sino que la abuela no quiere más muebles estorbosos. Le digo que quiero adaptarle a la piecera de la cama una especie de escritorio. Casi me deja con la palabra en la boca mientras se encamina a la recámara de mi prima -cuya puerta está al lado de la cabecera de mi cama.
Bajo a comer algo, por hambre y a modo de premio por el avance -aunque lento- en mi tarea. Justo se están yendo. Alcanzo a despedirme y otra tía me dice algo parecido a que mi padre y yo vivimos en nuestros propios mundos. Se va. Termino mi flan -lo que quedó después de la comida familiar.

Salgo a fumar, en un breve intermedio entre mi montón de tarea pendiente. Mi abuela apaga la luz, supongo no se dió cuenta que yo AÚN seguía ahí... Por lo menos no cerró la puerta, hubiera sido aún más embarazozo para mí.
Supongo que volvió a salir a cerciorarse de que la bomba estuviera aún apagada, me vio: "¿Sigues ahí? Es que ni te ves" dijo.
Justo pensaba lo mismo: para mi familia soy invisible. O quizá como un accesorio más de la casa, de esos por los que no se cuestiona cómo llegaron o el porqué están ahí.

Me he dado cuenta que tengo muchos amigos y muy poca familia. y aquellos que empezaba a considerar mi familia están pasando etapas de inestabilidad que me aleja de ellos y de mi propia estabilidad.
Creo que debo esforzarme por integrarme. Pero la pregunta surge: ¿Y cómo voy a hacer eso? Ni siquiera se a dónde dirigir ese esfuerzo -que sí desea ser realizado- ¿Por dónde empezar? Ni idea
Termino de fumar. La gata de mi prima se acerca. Ella al igual que yo nos vemos continuamente ignoradas -ella incluso excluída de entrar a la casa- me siento mal por ella. Me siento mal por mí.
En un estúpido intento de compasión-solidaridad, intento acariciarla mientras me pregunto por qué no nos podemos integrar. Ella le da alergia a mi tío, y aún así se le considera y se le pone comida y agua -con constantes descuidos a mi parecer.
Intento agarrarla, acariciarla y se aleja. 'Apesto a cigarro' pensé.
Estoy apestada, en más de un sentido, pues para la familia de mi padre, la figura de mi madre pesa sobre mí. Ni puedo ni quiero renunciar a eso -de eso me he dado cuenta recientemente. Simplemente los odios familiares me complican la vida.
Pienso que quizá si hubiera abandonado mi estado de comodidad -sentada en una gran maceta justo frente a la puerta, cuya vista se obstruye por un pilar- hubiera podido ser vista. Eso significaría arriesgarme a la incomodidad y la sensación de inseguridad por no haber nada en que apoyarme. Quizá es una metáfora estúpida de lo que debo hacer. O quizá no es tan estúpida.
Ni hablar. La abuela sale y suelta la frase mencionada al principio, sin prender la luz que previamente había apagado.
Me da vueltas una canción que hoy se ha de tocar, o se está tocando, o que ya fue tocada, quien sabe... Una canción que habla de la añoranza del amor familiar. Es casi una bofetada. Viene a hacer más sombríos mis pensamientos.
"¿Quieres que llore?" Pregunto, a lo que se me responde con mas indirectas bien directas.
Está bien, es necesario y lo siento venir. No me sale gran cosa.
Reestructuro mi mente: ¿Cómo podría llamar de algún modo su atención de una manera positiva? Buenas calificaciones ya tengo, hago y aprendo cosas buenas, interesantes me atrevo a decir. Tengo muchos amigos...

Al entrar por fin a casa, para afirmar la idea, un spot de los de 'inventa tu noche familiar' y siento de nuevo la bofetada. Miro el altar improvisado y la rosa rosa que traje ayer "OK ya entendí, debo integrarme, aunque duela" Ya duele.
Y subo seguidamente a vaciar esta especie de meditación-diálogo interno.

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