miércoles, 4 de marzo de 2009

Si ud., querido lector, relee el post anterior notará cierto miedo en mi a confiar. Bueno he aquí la razón:
Resulta que esta persona en quien tuve a bien confiar, el lunes pasado, luego de contarme que una amiga suya le declaró su amor, procedió a decirme que eso se debía a que estaba enamorado de alguien más...
Yo me puse alerta y cambie de tema. Le conté que venía muy contenta de un fin de semana fantástico de escapada a Tlaxcala, un montón de recuerdos chidísimos para la posteridad...
Volvió al tema
No quieres saber de quien estoy enamorado?


Esto empezó a apestar... Mencionó mi nombre a la par de que apagaba un cigarro con ciera furia.
Mi propio cigarro estaba por consumirse. Ya sin el tranquilizador humo que subía en caprichosas formas, me ví absorbida por mis pensamientos...
Qué? Desde cuándo? Por qué?
Aún me cuesta trabajo. Odio no poder corresponder a un amigo, pero es que es eso: amigo.
Por eso me molesto en aclarar mis asuntos desde antes, y aún así...
No creo ser ta perfecta y adorable, así que me avocaré a rastrear posibles señales confusas que pueda haber estado enviando...
Remato con un poema de Sor Juana Inés que me encanta y es tristemente adecuado a mi situación:

Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata,
maltrato a quien mi amor busca constante.

Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata,
triunfante quiero ver al que me mata
y mato al que me quiere ver triunfante.

Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo;
de entrambos modos infeliz me veo.

Pero yo, por mejor partido, escojo;
de quien no quiero, ser violento empleo;
que, de quien no me quiere, vil despojo.

2 comentarios:

Saline dijo...

No sé que tiene Sor Juana, pero cada problema amoroso tiene un poema suyo que lo representa!

Logan dijo...

Entiendo perfectamente cómo te sentiste... Hace unos dos o tres meses que no puedo quitarme de la cabeza el hecho de haberle roto el corazón a alguien sin pretenderlo. No sé qué hacer aún para que yo no le afecte; las consecuencias de que no sienta lo mismo han sido desastrosas y desagradables.