Pues así es, querido lector...
Después de unas laaargas vacaciones me he intregrado de nuevo a la escuela.
Un poco menos motivada quizá, no sé exactamente por qué. Me atrevo a suponer que la falta de uso de mi capacidad cerebral durante las vacaciones -además de las desveladas- aparte de provocarme episodios como el del post anterior, me hacen sentir bien plasta en clase...
Me cuesta más trabajo entender la nueva dinámica de cada clase. Mmmm
Pasando a otras cosas, definitivamente creo cada día más en el metroanálisis. Me explico.
Las mujeres que van maquilléndose en el carro de damas de la línea verde -yo soy testigo de Centro Médico hasta Universidad- se bajan en zapata. Suelen ir sentadas -picarse un ojo con el delineador no es cualquier cosa- así que, he aprendido a revolotear cual buitre en espera de un ansiado lugar. Excepciones: viejas gandallas y abuelitas venerables o señoras con chamaco...
Esta ciudad es un caod DFcuoso y juro que así me encanta.
Me encanta la carrera matutina para llegar primero al andén en el cambio de línea.
Me encanta que siempre cabe uno más -sobretodo si esa persona más soy yo-
Me encanta que por correr 40 segundos puedo ahorrar hasta 10 minutos de tiempo
Me encanta que quepo entre los señores panzones -con la mochila en zona estratégica, claro-
Me caga tener que irme a terminar mi tarea...
Son las 2.32am y no sé cómo poner a la hora mi reloj de blogger
::Fin del Comunicado::
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1 comentario:
Amo hacer cardio urbano, correr en Tacubaya, subir las interminables escaleras de metro auditorio...el metro tiene muchas cosas buenas que ofrecer, me alegra que tú también las veas.
Saludos :)
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